28 fevereiro 2003

EL CARNAVAL DE RÍO A RITMO DE VIOLENCIA

RUI FERREIRA / El Nuevo Herald
RIO DE JANEIRO, Brasil

Un virtual estado de guerra reina en las calles de Río de Janeiro en vísperas del carnaval carioca días después que la delincuencia organizada tomara por asalto barrios enteros de una ciudad a punto de celebrar la fiesta que la ha hecho famosa alrededor del mundo.

Las autoridades trasladaron a una cárcel de otro estado al narcotraficante presuntamente responsable de los sorprendentes ataques y se concedió a la policía derecho de disparar a matar, sin muchos miramientos.

``[La policia] está en la calle, y si tiene que haber un enfrentamiento, ahí estamos. Y si alguien tiene que morir, pues que muera. Aquí no hay contemplaciones, no hay discusiones'', dijo sin vacilaciones el secretario de seguridad de Río de Janeiro, Josias Quintal.

``La policía tendrá cuidado con los inocentes pero sin demasiadas preocupaciones, porque no va a dejar de hacer lo que tenga que hacer'', agregó.

El alcalde de la ciudad, César Maia fue un poco más filosófico.

``Si yo hubiera sido gobernador [del estado de Río de Janeiro] el 11 de septiembre pasado, hubiera mandado la policía invadir las cárceles y matar todos los bandidos que hiciera falta'', dijo Maia, en referencia a otra ola de violencia que padeció la urbe a manos del crimen organizado.

Hace 72 horas que Río de Janeiro vive un clima de estado de sitio latente, después de que decenas de delincuentes atacaron el lunes la ciudad en dos oportunidades y mantuvieron como virtuales rehenes a millones de cariocas.

Se incendiaron decenas de autobuses y de autos, dispararon a la policía y lanzaron granadas y bombas caseras contra edificios en una espiral de violencia sin parangón.

Meses antes, en septiembre, una rebelión en las cárceles de la ciudad motivó también un ataque de los delincuentes, pero menos intenso que el de esta semana.

Aunque han bajado de intensidad desde el lunes, los actos de violencia de este tipo no se han detenido. De hecho, una fuente policial dijo a El Nuevo Herald que las autoridades esperan hoy un ataque de mayor intensidad.

En la madrugada de ayer, cuatro autobuses fueron incendiados y al menos tres patrulleros de la policía militar resultaron tiroteados. Y, como la policía aprentemente rebajó su cuidado sobre a quién dispara, cuatro mujeres inocentes murieron en los intercambios de disparos en una favela.

Para enfrentar los desordenes, a las puertas del carnaval que atrae unos 400,000 turistas y 2 millones de cariocas, la gobernadora de Río, la evangelista Rosinha Matheus, desencadenó la ``Operación Río Seguro'' con el apoyo del gobierno federal.

José Dirceu, el jefe de la Casa Civil del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, voló ayer de urgencia desde Brasilia para ofrecer todo el apoyo presidencial a la gobernadora.

Sin hablar en militarización de la ciudad, el gobierno central decidió enviar a Río de Janeiro unos 3,000 soldados que, junto a 16,000 policías civiles y militares, intentaran mantener la seguridad del carnaval durante los próximos seis días.

Una de las condiciones puestas por Dirceu a Matheus para recibir ayuda federal fue el aislamiento de Fernandinho Beira-Mar, el narcotraficante brasileño extraditado de Colombia el año pasado después de ser descubierto intercambiando drogas por armas con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Beira-Mar fue sacado de la cárcel de Bangú durante la madrugada en un operativo de extrema seguridad, que mobilizó 400 hombres, 20 de los cuales custodiaron personalmente los 20 presos más peligrosos de la cárcel.

El narcotraficante fue transportado a un aeropuerto militar, de donde lo trasladaron hacia una remota cárcel de alta seguridad en el estado de Sao Paulo.

Las autoridades acusan a Beira-Mar de ser el cerebro de la ola de violencia actual y de la del 11 de septiembre.

Según Quintal, el preso también fue responsable de una agresión con armas de fuego a la alcaldía de Río, el Palacio da Guanabara.

Las autoridades han proibido la visita de abogados a los presos de máxima seguridad, porque sospechan que son realmente ``palomas mensajeras'' de los narcotraficantes hacia sus hombres en el exterior.

Todos ellos, considerados de alta peligrosidad, recibían múltiples visitas de abogados que jamás los habian defendido ante un tribunal. Beira-Mar, dijo Quintal, recibió a 91 en los últimos dos meses. También se comunicaba con su hombres por teléfono celular.

``Con Beira-Mar no hay arreglo. Tiene que ser encerrado sin la más mínima posibilidad de comunicarse con el exterior. Es un criminal irrecuperable. Tiene muchos recursos y no lo detiene nadie'', añadió Quintal.

En otro frente, las autoridades se encuentran preocupadas por las consecuencias que los hechos de este semana pueden tener en el turismo que colma Río por esta época.

Un periodista local admitió a El Nuevo Herald, bajo condición de anonimato para ``no molestar a mi jefe y a la gobernadora'', que tienen que ofrecer ``una visión light de lo que está sucediendo''.

``Si hablamos descarnadamente, los turistas no vienen. Pero hay una realidad, ellos podrían terminar muertos. La violencia es real. La prensa aquí vive en ese dilema'', agregó.

27 fevereiro 2003

LOS GREMIOS CHOCAN CON LULA Y AMENAZAN CON IR A LA HUELGA

RUI FERREIRA / El Nuevo Herald
RIO DE JANEIRO, Brasil

Los tiempos en que Luiz Inácio Lula da Silva comandaba, como a una tropa de choque anticapitalista, a miles de obreros, están quedando cada vez más lejos. Ayer, el ex líder metalúrgico y hoy presidente brasileño tuvo su primer choque con el movimiento sindical, que amenaza con convocar las que serían las primeras huelgas de su gobierno.

``Tienen que dejar de ser coorporativistas y trasformarse en defensores del conjunto de la sociedad'', dijo el mandatario en una reunión con la dirigencia de la Central Unica de Trabajadores (CUT).

Sobre la mesa se encontraba una propuesta de incremento de los salarios, pero en el trasfondo subyace el fondo de pensiones -conocido aquí como previdencia-, cuyo funcionamiento quiere reformar Lula.

Según la actual legislación, los empleados públicos son lo única categoría laboral que al momento de jubilarse recibe la pensión completa -es decir, la totalidad del último sueldo que devengó- mientras que los demás trabajadores reciben sólo una parte.

Durante el gobierno del sociólogo Fernando Henrique Cardoso, Lula y su Partido de los Trabajadores (PT) defendieron a capa y espada el derecho de rtodos los trabajadores a la pensión completa, haciendo de esta postura una promesa de su campaña presidencial.

Hoy, el Presidente ha cambiado radicalmente su posición, y propone -para todo tipo de trabajador- un techo máximo de $300.

En contrapartida, unos 14 sindicatos que representan a los empleados públicos están reclamando un incremento de 46.95 por ciento en los salarios, para al menos paliar una reforma de la seguridad social, que parece inevitable. La contrapropuesta del gobierno es sumamente menor, de entre 2.5 y cuatro por ciento.

Ante esto, Lula viene recibiendo disparos de todos los sectores laborales e incluso de algunos empresariales. La semana pasada provocó duras reacciones al amenazar a los trabajadores del Estado por no aceptar sus propuestas. ``Voy a colocar a la sociedad contra el servicio público'', dijo.

``Lula es un traidor'', sostuvo a El Nuevo Herald el concejal carioca Pedro Porfírio, un ex militante de la izquierda armada y revolucionaria de la década de los años 60, hoy en el socialdemócrata Partido Democrático Laborista (PDT).

La semana pasada, Lula logró un acuerdo con 27 gobernadores para la reforma de la seguridad social, que sin embargo será imposible de implementar sin un acuerdo.

El líder de la CUT, Joao Felício, advirtió el martes al mandatario que ``la situación pudiera tornarse explosiva si se discute la reforma sin establecer una política salarial'', a lo que Lula contestó, con aire deportivo, que ``el buen técnico es el que cree importante no comenzar el partido ganando, sino terminar ganándolo''.

``Correcto, pero hay que tener cuidado para que el juego no llegue a 3 [goles] a 0, porque después no se puede invertir el resultado'', contestó el líder sindical.

En el fondo, la polémica alrededor de la reforma del sistema de pensiones no es más que un reflejo de cómo algunos sectores radicales del PT están disgustados con el mandatario. De hecho, el partido tiene una cuota importante dentro de la CUT, pero ésta es ejercida por los sectores radicales, conocidos en el argot político como los xiitas (chiitas) por su ortodoxia fundamentalista, como la de su referente musulmán.

``Lula ha asumido totalmente las posturas que el sistema internacional de mercados diseño para él'', afirmó Porfírio, quien cree que el PT ganó las elecciones porque el modelo socio-político brasileño está a punto del colapso y la derecha le abrió las puertas para que Lula asuma las consecuencias de esa crisis.

16 fevereiro 2003

LULA SOBRELLEVA UNA HERENCIA DE DEUDAS

RUI FERREIRA / El Nuevo Herald
RIO DE JANEIRO

En el marco de un programa de austeridad y escrutinio de los gastos públicos, el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva congeló el gasto de $4,000 millones previstos en el presupuesto de este año y otros $2,000 millones en adeudos dejados por su antecesor, el sociólogo Fernando Henrique Cardoso.

Según el ministro del Presupuesto, Guido Mantega, el gobierno anterior dejó un saldo de deudas de unos $2,800 millones, pero $800 millones están ya en una etapa de pagos y por lo tanto no serán afectados.

Además, garantizó, se hará una auditoría para averiguar si el gobierno anterior autorizó gastos públicos sin contrataciones o siquiera licitaciones.

El gobierno no quiso decir si sospecha de algo en concreto, pero de todos modos ``vamos a examinar y verificar si son contratos legítimos'', dijo el ministro.

La noticia fue recibida con agrado. Por el contrario, los ministros de Integración Nacional y de Transportes manifestaron al mandatario esta semana su preocupación por los cortes.

El problema, dijeron fuentes informadas, está en que esta congelación parcial de los pagos al ser repartida entre los diversos ministerios, podría provocar situaciones en que los presupuestos autorizados sean inferiores a las deudas a cancelar.

Es que al permitir el gobierno el pago de $800 millones en deudas de una partida de $2,800 millones, esa asignación de fondos no pertenece a una sola dependencia, sino que se reparte entre todos, y lo que le toca a cada cual podría no alcanzar para pagar lo que se debe, dijo un economista no identificado al diario O Estado de S. Paulo.

Una de las ideas iniciales fue suspender de inmediato todas los contratos de entrega de fondos que el gobierno federal brasileño tiene suscritos con alcaldías y gobernaciones. Pero confrontados con la realidad de un Brasil que reclama a gritos soluciones para bolsones de subdesarrollo galopantes, los especialistas del gobierno decidieron efectuar un estudio de las necesidades más apremiantes, y paliarlas con esos recursos.

No es la primera vez que en Brasil un gobierno recién llegado se enfrenta con el problema de las deudas dejadas por su antecesor. Pero al revés de entonces, era posible transitar esos gastos de un año a otro, y por ende de un presupuesto a otro, con la condición de que jamás se incrementaran.

Sin embargo, el 18 de diciembre último, dos semanas antes de entregar la banda presidencial a Lula da Silva, Henrique Cardoso firmó el decreto 4,526 que autorizó el pago de todas las deudas públicas resultantes de contratos firmados hasta el 2001, pero dejó de fuera el año 2002, el último de su gobierno. Al mismo tiempo, recuperó una ley de 1986, que sostenía que las deudas de un año, en este caso el 2002, deben ser liquidadas al año siguiente, o sea, el 2003.

Y así, Cardoso entregó el cargo a Lula, se fue de paseo a París, Madrid y Nueva York, y lo dejó literalmente entre la espada y la pared, amarrado a las deudas, pero sin mecanismos para liquidarlas.

La decisión de suspender los pagos es polémica y el gobierno lo sabe, pero se inserta dentro de un plan de moralizar las finanzas públicas que Lula da Silva ha decidido impulsar en estos días de inicio de su mandato, junto a la formación de una amplia comisión de consenso para la realización de un ``pacto social'' que pudiera diseñar una serie de reformas que pretenden ser un rediseño del régimen, enfatizando la interrelación del flujo de capitales y el combate a la pobreza.

Ese pacto social, cuya comisión conformada por ministros, empresarios, parlamentarios y hasta actores, fue creada ayer, gira alrededor de un documento preliminar de tres páginas, donde se sostiene que se busca ``una reforma de la seguridad social que cree las condiciones técnicas e jurídicas para terminar con las ventajas contra la ley y el derecho'', un aspecto que pretende combatir la impunidad jurídica que, principalmente en el campo, gozan los ganaderos y políticos locales.

El documento también afirma que se debe crear más mecanismos para ``respetar los derechos adquiridos incorporados constitucionalmente al patrimonio subjetivo de cada ciudadano''. O sea, en una sociedad extremadamente violenta, la comisión pretende asegurar los derechos humanos de los ciudadanos.

Por otro lado se pretende que las reformas den origen a un régimen social seguro que ``deje de ser deficitario a mediano plazo'', y que se preocupe de ``incrementar el valor real de las pequeñas pensiones, mantener las de nivel medio y terminar de vez con las que sean exorbitantes e incompatibles con el patrón socioeconómico del país'', dijo el documento.

05 fevereiro 2003

LULA PIERDE LA PACIENCIA CON CHÁVEZ

RUI FERREIRA, El Nuevo Herald

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, perdió la paciencia con su homólogo venezolano Hugo Chávez, quien no parece inclinado a facilitarle la tarea al frente del Grupo de Amigos que intenta solucionar el conflicto de ingobernabilidad que sufre Venezuela.

La raíz del problema parece estar no sólo en la inflexibilidad de Chávez, sino también en una discusión con su amigo Fidel Castro, al parecer no tan amigo.

Ayer, el diario Folha de S. Paulo, aseguró que ``la intransigencia'' de Chávez ha comenzado a irritar al Grupo de Amigos -Brasil, Chile, México, España, Estados Unidos y Portugal-, e incluso al mismo Lula da Silva.

Según el rotativo, no es digna de encomio la reacción de Chávez de declararse victorioso y reírse de los líderes opositores al final de la huelga general que sacudió a Venezuela por unos dos meses.

``Para el Grupo, esa reacción no es de alguien que desea abrir el diálogo con la oposición, sino de alguien que quiere mantener la confrontación y la radicalización'', señaló el diario.

Algunos integrantes del Grupo amenazaron con abandonarlo, dijeron otras fuentes a El Nuevo Herald, pero Lula da Silva logró frenar esos deseos, en parte, con el argumento de que serían sustituidos por otros países de todas formas, pues el mecanismo de negociación no desaparecería.

El domingo pasado, Chávez dijo a una audiencia de partidarios que el Grupo no está intentando resolver los problemas de Venezuela, sino ``creándole más problemas al país'', y dio a entender que pudiera prescindir de él.

El mandatario hizo alarde de que la huelga general no terminó por iniciativa del Grupo, sino porque ``se dieron cuenta de que el pueblo no la apoyó''.

Chávez siempre tuvo una relación tormentosa con el Grupo, una relación que nació torcida porque el presidente brasileño nunca se dejó manipular y aceptó presidir el grupo con criterios muy sólidos al respecto.

Por el medio también está, dijeron fuentes a El Nuevo Herald, un aparente encontronazo que Chávez tuvo con Castro cuando se vieron, el 1ro de enero, en la toma de posesión de Lula de Silva.

Durante la madrugada del 1ro para el 2 de enero, Chávez y Castro sostuvieron una conversación de unas cinco horas, al término de la cual -garantizaron a El Nuevo Herald dos fuentes de la cancillería venezolana y una de la brasileña- el primero salió de muy mal humor, aparentemente disgustado con el gobernante cubano.

``Chávez dijo a su entorno que iba a regresar a Venezuela porque Fidel ya no lo quería'', dijo la fuente brasileña.

De hecho, esa mañana, el presidente venezolano hizo esperar a su colega brasileño más de 45 minutos, al parecer mientras preparaba su regreso inmediato a Caracas.

Esa noche, Castro participó en una cena en la Granja do Torto, las instalaciones privadas de la presidencia brasileña donde, delante de un cordero preparado por un viejo cooperativista amigo de Lula da Silva, prodigó elogios al plan de acabar con el hambre presentado por el mandatario sudamericano, recordó uno de los presentes.

Lula da Silva es un viejo amigo de Castro. Durante sus frecuentes visitas a La Habana en las décadas de 1980 y 1990 pasaron largas horas juntos y recorrieron la isla en diversas ocasiones, forjando una amistad cimentada con decenas y decenas de platos típicos brasileños cocinados por la actual Primera Dama de Brasil, Marisa da Silva.

Fue esa amistad la que hace un par de años permitió a Lula da Silva decir a Castro en público: ``Deberías hacer más elecciones a cada rato, te lo digo yo que he perdido tres''.

Estaban los comensales entretenidos en la tertulia esa noche cuando repicó el celular de Marco Aurelio García, el asesor internacional de Lula. ``Era Chávez, diciendo que había llegado bien y la situación en el país estaba bien'', contó la fuente brasileña.

Fue entonces que García, desconocedor de lo sucedido esa madrugada, se le ocurrió pasarle el celular a Castro, quien lo tomó más por cortesía que otra cosa.

``Fidel cambió de cara al instante. Le dijo [a Chávez] si ya estaba más tranquilo. No hablaron ni medio minuto'', añadió la fuente.

El primer indicio de que algo andaba mal vino cuando Lula da Silva rehusó enviarle técnicos de petróleo. Posteriormente, se negó a incorporar a Cuba, Rusia, Francia, y Argelia al Grupo.

``Entiende que en estas cosas también tiene que estar gente con la cual no tienes que estar de acuerdo'', le dijo Lula da Silva en la segunda semana de enero.

Hace unos días fue más lejos: ``No me interesa Chávez, sino solucionar los problemas de Venezuela''.

Una fuente de Itamaraty señaló a El Nuevo Herald que Lula da Silva ha mantenido entre su gente una gran discreción sobre lo que pudo llevarlo a cambiar su postura hacia Chávez.

Pero, ``a mí no me extrañaría que Fidel tenga algo que ver. Después de todo, la crisis venezolana le ha costado mucho dinero. En menos de seis meses se quedó dos veces sin petróleo y se ha gastado mucho dinero comprándolo en el mercando internacional'', dijo.

``A Fidel es a quien más le conviene que haya paz en Venezuela'', afirmó la fuente.