La ONU reemplaza a los marines en Haití
RUI FERREIRA / El Nuevo Herald
PUERTO PRINCIPE
Los Cascos Azules de Naciones Unidas se hicieron cargo ayer de la seguridad en Haití, una misión cuya responsabilidad primaria es estabilizar y traer la paz a la nación caribeña.
Soldados y oficiales están conscientes del mensaje que llevan a los haitianos.
''No tengo miedo; todavía no me ha dado miedo en esta misión, pero creo firmemente que es una misión compleja cuyo éxito depende totalmente de la compenetración con la población haitiana'', dijo el teniente general del ejército brasileño, Augusto Heleno Ribeiro Pereira, quien ayer asumió el mando de cuatro batallones enviados por la entidad mundial.
![]()
Generales Heleno (izq.) y Coleman. Foto: Roberto Koltun
Momentos antes tomar posesión del cargo, Heleno --como le llaman sus hombres-- dijo a El Nuevo Herald que llegó a Haití con una misión bien clara: ``Vinimos a contribuir a estabilizar el país, a que Haití sea un país más seguro, donde lo más importante es la relación que vamos a establecer con la población y cómo ellos van a reaccionar''.
Sin eso, admite, ``no hay paz posible''.
Para comenzar, Heleno y sus 600 hombres comenzaron por distribuir entre la población decenas de pelotas de balompié y camisetas de los colores brasileños, aprovechando un gusto particular de los haitianos.
``Los enloquece el balompié brasileño, y nosotros, como brasileños, con esa característica que tenemos de darnos con todo el mundo, queremos establecernos en su seno y trabajar con ellos''.
![]()
Tropa de Brasil. Foto: Rui Ferreira
Los Cascos Azules de Naciones Unidas, que por ahora integran soldados de Brasil, Canadá y Chile --y a los cuales próximamente se unirán Portugal, Nepal, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Alemania y posiblemente España--, fueron enviados a Haití con la misión de ayudar en los primeros pasos de la reconstrucción del país, pero sobre todo para garantizar la seguridad de la población y el desarme de las fuerzas irregulares, una de ellas partidarios del ex presidente Jean-Bertrand Aristide, quien abandonó el país el 29 de enero pasado.
Cuando Heleno tomó posesión como jefe del grupo, sustituyó al brigadier general estadounidense Ronald S. Coleman, quien pocas horas después de la partida de Aristide asumió el mando de la fuerza de paz, también enviada por Naciones Unidas, compuesta por Estados Unidos, Francia, Canadá y Chile.
![]()
Soldados chilenos. Foto: Rui Ferreira
Este despliegue estuvo envuelto en la polémica de organizaciones internacionales, y ayer Coleman se encargó de poner las cosas en su lugar.
''No fuimos una fuerza de ocupación. Vinimos con un mandato y nos vamos finalizado el plazo de ese mandato, sabiendo que Haití es más seguro que antes'', dijo el oficial en un discurso a las tropas, al cual asistió el primer ministro interino, Gérard Latortue, y el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el general James T. Hill.
''Todo ciudadano haitiano que no violó la ley, fue tratado con dignidad'', dijo Coleman, en respuesta a críticas de la entidad de derechos humanos Amnistía Internacional.
Los Cascos Azules que pasan a integrar la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas, está compuesta por 6,700 hombres y mujeres, y sustituyó a los 1,900 que integraron la fuerza de paz.
En declaraciones a la prensa, Hill aseguró que la misión bajo el mando estadounidense ''fue exitosa'', y contribuyó a ``mostrarles a los haitianos que venimos a ayudarles a vivir en paz''.
Los hombres de la nueva misión asumen sus responsabilidades en momentos en que parece haber un renacer de la violencia en el país, con varios incendios sospechosos en almacenes comerciales, tiroteos en mercados y el asesinato el jueves de un haitiano y un francés, el director de la aerolínea Air France en Puerto Príncipe.
![]()
Contingente de salida. Foto: Rui Ferreira
Un diplomático estadounidense que pidió el anonimato dijo a El Nuevo Herald que los Cascos Azules son una fuerza disuasiva para esos actos de desestabilización. Pero, al mismo tiempo, admitió, éstos pudieran recrudecerse.
''Los Cascos Azules tienen autoridad; sería bueno que esas personas que están provocando disturbios entendieran que ellos van a reaccionar con severidad. Pero va a haber enfrentamientos'', afirmó la fuente.
En su discurso ante las tropas, Latortue señaló enigmáticamente que ``esos actos parecen dirigidos por alguien que los planifica desde algún lugar; pero chocará con la determinación de mi gobierno, de los haitianos, en enfrentarlos y combatirlos, hasta que desaparezcan''.
Poco después, Latortue confirmó a El Nuevo Herald lo que muchos observadores pensaron en ese momento. ''Aristide, él está detrás de todo esto. No quiere elecciones aquí'', dijo.
Los contingentes de Canadá y Chile que cesaron su misión de paz, asumieron de inmediato su participación en los batallones de los Cascos Azules.
Delante de unos 500 invitados en la explanada de la Escuela de Policía, cambiaron ceremoniosamente sus gorras de reglamento por las azules de Naciones Unidas.
Estados Unidos no se retira totalmente. Cuatro oficiales del ejército y 25 policías militares se quedan para ayudar a los recién llegados en sus nuevas tareas.
(C) 2004 El Nuevo Herald 2004