Máquinas de juego a referendo
RUI FERREIRA / El Nuevo Herald
Basados en el argumento de que el juego existe alrededor de todos nosotros y que, sin embargo, el condado no se beneficia, los comisionados de Miami-Dade decidieron ayer volver a presentar a los votantes la opción de legalizar las máquinas tragamonedas.
La propuesta había sido rechazada en marzo del 2005 en el condado Miami-Dade, pero fue aprobada en el condado Broward. Desde entonces, es común que quienes desean jugar se desplacen hasta el vecino condado, recordaron los comisionados.
''Estamos rodeados de juegos por todas partes, y no veo que eso nos da beneficio alguno como condado'', expresó el comisionado Dennis Moss, quien impulsa la medida junto con sus colegas Rebeca Sosa y Joe Martínez.
La idea es permitir que se instalen máquinas automáticas en los canódromos e hipódromos de Miami-Dade, así como en el recinto de jai-alai de Miami. Precisamente, uno de los lugares de juego más concurridos en Broward se encuentra a escasos metros de la frontera entre los dos condados, en la zona de Aventura.
La iniciativa será propuesta al electorado el 29 de enero, una fecha que coincide con una primaria presidencial, el ajuste de los impuestos a la propiedad y, posiblemente, con la reforma de la Carta Constitucional de Miami-Dade.
Ayer, los comisionados no tuvieron grandes reparos en aprobar la decisión, enfrascados como están en la búsqueda de ingresos adicionales para el condado, tras el recorte inminente que se avecina si el electorado aprueba la rebaja en los impuestos a la propiedad.
Como incide la legislación, el estado se queda con la mayoría
de los ingresos por impuestos para dedicarlos a la educación, mientras que al Condado le toca sólo el 1.5 por ciento.
''Todas las fuentes de dinero son buenas, [pero] eso [el juego] sería una tremenda ayuda para el condado'', afirmó Martínez.
Aunque sin mayores reparos, la decisión no fue unánime. Se opuso la comisionada Katy Sorenson, quien argumentó que las máquinas de azar conllevan el peligro de incrementar la pobreza en la zona.
''La gente con menos recursos es la que va a perder más con todo esto'', pronosticó Sorenson.
Se espera que para el próximo año fiscal Broward comience a recibir los primeros fondos recaudados de los impuestos del juego. El total: $230 millones.
Martínez dijo que espera que suceda lo mismo en Miami-Dade.
En el 2005, los electores se opusieron por un estrecho margen a la medida, pese a que el entonces gobernador, Jeb Bush, fue uno de los que más campaña hizo contra la introducción del juego en el sur de la Florida.
El tema del juego en la Florida comenzó a ser considerado seriamente el año antes, cuando una reforma constitucional permitió la inclusión de las máquinas tragamonedas en recintos reportivos, como los canódromos o los hipódromos, si era aprobado por los electores de los dos condados.
A partir de entonces, la industria del juego recaudó $6.8 millones en pocos meses para una campaña de publicidad a favor de introducir las máquinas y rebajar el costo del referendo, cuyo resultado fue divergente. En Broward, las tragamonedas se impusieron por 57 por ciento mientras que en Miami-Dade la propuesta perdió por 52 por ciento.
Como consecuencia, en Broward tres casinos abrieron sus puertas y un cuarto está en construcción.
Basados en el argumento de que el juego existe alrededor de todos nosotros y que, sin embargo, el condado no se beneficia, los comisionados de Miami-Dade decidieron ayer volver a presentar a los votantes la opción de legalizar las máquinas tragamonedas.
La propuesta había sido rechazada en marzo del 2005 en el condado Miami-Dade, pero fue aprobada en el condado Broward. Desde entonces, es común que quienes desean jugar se desplacen hasta el vecino condado, recordaron los comisionados.
''Estamos rodeados de juegos por todas partes, y no veo que eso nos da beneficio alguno como condado'', expresó el comisionado Dennis Moss, quien impulsa la medida junto con sus colegas Rebeca Sosa y Joe Martínez.
La idea es permitir que se instalen máquinas automáticas en los canódromos e hipódromos de Miami-Dade, así como en el recinto de jai-alai de Miami. Precisamente, uno de los lugares de juego más concurridos en Broward se encuentra a escasos metros de la frontera entre los dos condados, en la zona de Aventura.
La iniciativa será propuesta al electorado el 29 de enero, una fecha que coincide con una primaria presidencial, el ajuste de los impuestos a la propiedad y, posiblemente, con la reforma de la Carta Constitucional de Miami-Dade.
Ayer, los comisionados no tuvieron grandes reparos en aprobar la decisión, enfrascados como están en la búsqueda de ingresos adicionales para el condado, tras el recorte inminente que se avecina si el electorado aprueba la rebaja en los impuestos a la propiedad.
Como incide la legislación, el estado se queda con la mayoría
de los ingresos por impuestos para dedicarlos a la educación, mientras que al Condado le toca sólo el 1.5 por ciento.
''Todas las fuentes de dinero son buenas, [pero] eso [el juego] sería una tremenda ayuda para el condado'', afirmó Martínez.
Aunque sin mayores reparos, la decisión no fue unánime. Se opuso la comisionada Katy Sorenson, quien argumentó que las máquinas de azar conllevan el peligro de incrementar la pobreza en la zona.
''La gente con menos recursos es la que va a perder más con todo esto'', pronosticó Sorenson.
Se espera que para el próximo año fiscal Broward comience a recibir los primeros fondos recaudados de los impuestos del juego. El total: $230 millones.
Martínez dijo que espera que suceda lo mismo en Miami-Dade.
En el 2005, los electores se opusieron por un estrecho margen a la medida, pese a que el entonces gobernador, Jeb Bush, fue uno de los que más campaña hizo contra la introducción del juego en el sur de la Florida.
El tema del juego en la Florida comenzó a ser considerado seriamente el año antes, cuando una reforma constitucional permitió la inclusión de las máquinas tragamonedas en recintos reportivos, como los canódromos o los hipódromos, si era aprobado por los electores de los dos condados.
A partir de entonces, la industria del juego recaudó $6.8 millones en pocos meses para una campaña de publicidad a favor de introducir las máquinas y rebajar el costo del referendo, cuyo resultado fue divergente. En Broward, las tragamonedas se impusieron por 57 por ciento mientras que en Miami-Dade la propuesta perdió por 52 por ciento.
Como consecuencia, en Broward tres casinos abrieron sus puertas y un cuarto está en construcción.
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