RUI FERREIRA /
El Nuevo HeraldUn ícono del sur de la Florida desapareció ayer al estallar en pleno vuelo, a la entrada del puerto de Miami, un hidroavión de Chalk's Airlines que realiza vuelos diarios a Bahamas. En el desastre perecieron 20 personas, incluyendo cinco menores y los dos pilotos. No hubo sobrevivientes.

La explosión ocurrió poco antes de las 2:45 p.m., cuando el bimotor Grumman G73T Mallard había terminado su carrera de despegue por el canal del puerto de Miami y comenzaba a elevarse en los cielos, dijeron varios testigos.
En ese instante, comenzó un incendio en el motor izquierdo, se escuchó una explosión, el ala izquierda se separó y el avión se precipitó hacia las aguas del canal.
''Se veía que el piloto estaba tratando de controlar el avión. Pero la nariz enfiló directamente hacia el agua. Pobrecitos los que estaban dentro'', dijo Julián Valdivieso, empleado de la construcción que presenció todo desde las obras del edificio Continuum II, en la punta sur de South Beach.
No muy lejos de allí, en el restaurante Smith & Wollensky, un grupo de amigos que vino de Nueva York a pasar unos días en Miami, vieron a través de una enorme ventana del establecimiento cómo el hidroavión se transformó en una bola de llamas y humo después de la explosión y perder el ala izquierda.
''El avión no estaba más alto que aquella palma. De repente vimos una bola de fuego, seguida de una explosión inmediata, el ala se desprendió y el avión se cayó al agua. Todo duró unos segundos'', recordó Louis Dubin sin dejar de mirar el horizonte a través de la ventana.
Una camarera del restaurante, que no quiso identificarse, comenzó a llorar compulsivamente cuando narró a El Nuevo Herald lo que presenció a pocos metros, porque estaba sirviendo las mesas al aire libre, cerca del canal.
''Escuché una enorme explosión y miré para atrás y vi el ala del avión despegarse de la bola de fuego. Fue horrible'', dijo.
Otra testigo, que tampoco quiso identificarse aduciendo razones religiosas y para proteger su privacidad, agregó que un hombre en una moto acuática llegó al instante al lugar del desastre y recogió a un niño y un hombre del agua, aparentemente inconscientes.
Según el jefe de bomberos de Miami Beach, Floyd Jordan, esas dos personas ya estaban muertas cuando fueron sacadas del agua y llevadas a la Oficina del Forense del Condado Miami-Dade.
Con el desastre, Chalk's Airlines perdió el 20 por ciento de su flota, construida entre 1947 y 1967, pero modernizada en años recientes.
La aerolínea es la mas vieja del mundo aún en operaciones, y sus vuelos a Bahamas se transformaron con los años en un símbolo del sur de la Florida.
Su dueño, el empresario Jim Confalone, dijo ayer que el hidroavión, de matrícula N-2969, fue construido en 1947, y estaba despegando rumbo a Bímini y Paradise Island, en Bahamas. ''Era nuestro vuelo del día, y había a bordo 20 personas, 18 pasajeros incluyendo tres menores sin boleto, y dos pilotos'', añadió.
La mayoría de las víctimas fueron encontradas dentro del fuselaje del hidroavión aún atados a los asientos, dijo Jordan. La mitad de los cuerpos fueron recuperados por los buzos de la Ciudad de Miami-Beach, y los demás por los del condado Miami-Dade.
Sin embargo, no está clara la posición en que el avión se encuentra, si tocó fondo boca abajo o al revés. Periodistas que sobrevolaron el lugar en un helicóptero dijeron que sólo vieron un sombra en el lecho del canal que no permitía una buena visualización del fuselaje. Jordan dijo desconocer la profundidad del agua en esa zona, pero ''es enorme. Miren como los cruceros pasan por allí'', añadió.
Hasta el cierre de esta edición, el Servicio Guardacostas había clausurado el puerto, y al menos tres cruceros que tenían previsto salir no pudieron hacerlo. También ha sido interrumpida la entrada y la salida de buques mercantes. ''El puerto está cerrado, queremos conservar el lecho marino lo mejor que podamos para realizar las pesquisas'', dijo el capitán del Servicio Guardacostas, James Maes.
Pese a la explosión, la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) no tiene indicios de que el desastre se debió a una actividad terrorista. ''Hasta que no saquen a flote el motor no vamos a estar seguros de lo que realmente sucedió'', dijo la portavoz Judy Orihuela.
La Agencia de Seguridad en el Transporte (NTSB) comenzó una investigación de inmediato y envió un equipo de 14 miembros.
Tan pronto se conoció el accidente, familiares de las víctimas comenzaron a congregarse en las instalaciones de la empresa en la Isla Watson. Sin embargo, ningún empleado pudo darles explicaciones por lo que se volcaron hacia las instalaciones del Servicio Guardacostas, donde fueron ayudados por el capellán de la entidad.
El avión debía llegar a Bímini sobre la 9:40 a.m., pero los retrasos eran normales, explicó una empleada de la aerolínea, en el aeropuerto bahamense.
En la pequeña isla de Bímini ayer reinaba la consternación, ya que 11 de los pasajeros eran de allí, según el ministro de Turismo de Bahamas, Obie Wilchcombe.
Gente como Don Smith, el jefe de atraque en la marina Big Game Resort, conocido como ''Daddy'' Don, falleció en el accidente. Uno de los niños que murió era su nieto.
''Lo conozco hace algunos años; todo lo que pueda decir de él de bueno es poco. He tenido oportunidad de jugar al tenis con él y era un caballero. Cuando iba a Bímini siempre me estaba esperando. Sinceramente no sé qué decir'', dijo el capitán Kevin Pagan, quien conocía a algunas víctimas.
Smith vino al sur de la Florida para asistir a la graduación de una sobrina y hacer compras navideñas de último momento.
En el desastre también murieron siete miembros de una familia, los Rolle, dijeron parientes ayer en las afueras de la Oficina del Forense del Condado Miami-Dade.
''Vinieron a hacer compras de Navidad e iban de regreso con los regalos. Todos en Bímini se conocen, esto es terrible'', dijo Peter Francis, un primo de los fallecidos.
Otro primo, Terry Rolle, dijo que su familia ha usado la aerolínea ''toda la vida'', y que este año, al menos una de las fallecidas, Sabrina Rolle, vino dos veces a Miami. Una de esas veces fue para dar a luz a su hija, que pereció con ella en el hidroavión.