Piden a empleados de Radio y TV Martín reportar irregularidades
RUI FERREIRA / El Nuevo Herald
Una indagación en la Oficina de Trasmisiones hacia Cuba (OCB) que las autoridades federales calificaron de rutinaria, ha levantado la suspicacia de empleados de esa entidad, luego de que hace unos días un ejecutivo de dicha agencia fue acusado de aceptar $100,000 en sobornos para que comprara programas de producción externa.
Fuentes explicaron la semana pasada a El Nuevo Herald que los empleados de la OCB, que incluye las operaciones de Radio y TV Martí, recibieron un formulario donde se les pide que informen de cualquier irregularidad en la entidad de la que tengan conocimiento, ya sean casos de corrupción interna, favoritismo o errores de programación.
''Básicamente te están pidiendo que denuncies todo lo que sepas que está mal hecho. Dicen que es una investigación confidencial, no secreta, pero lo que tú digas ahí no se va a saber quién lo denunció'', dijo una de las fuentes, que pidió el anonimato por temor a presuntas represalias.
Esas quejas serían consideradas por inspectores que vendrán de Washington en los próximos días y permanecerán en Miami varias semanas.
Pero el lanzamiento de la indagación, a escasos días de que la fiscalía federal encausara al director de programa José M. Miranda, alias ''Chepe'', por supuestamente recibir sobornos de la productora televisiva Perfect Image, ha levantado suspicacias entre los empleados de OCB. Muchos de ellos, consultados por El Nuevo Herald, ven un nexo directo entre los dos hechos.
''Parece que la gente en Washington quiere limpiar casa'', dijo otro empleado que también pidió que no se mencionara su nombre.
Sin embargo, según el portavoz de la Junta de Gobernadores de Transmisiones (BBG, por sus siglas en inglés), Joe O'Connell, que supervisa las operaciones de la OCB, lo que está pasando en la agencia es una revisión cíclica.
''La gente de la oficina del Inspector General está haciendo algo que realmente es una rutina, se hace cada cinco años. Se trata de una revisión administrativa que sucede en todas las agencias, nada fuera de lo ordinario'', dijo O'Connell.
En su opinión, ``definitivamente no se trata de limpiar casa, ni nada parecido, sino que es una forma útil de saber qué piensa la gente de su lugar de trabajo''.
Las fuentes en la OCB dijeron a El Nuevo Herald que un sector importante de los empleados ha visto con desconfianza que la administración de la entidad esté pidiendo que le entreguen las planillas, en vez de hacerlo directamente a los inspectores de la BBG en Washington.
''La planilla que recibimos tiene una hoja inicial donde se nos explica que lo que informemos es confidencial, y puede ser entregado en mano a los inspectores cuando vengan de Washington la próxima semana. Pero aquí en Miami la administración ha añadido otra hoja, donde incentiva a que esas quejas sean entregadas por adelantado y garantizando su confidencialidad'', reveló una de las fuentes.
En varias ocasiones, la semana pasada y ésta, El Nuevo Herald intentó hablar con el director de la OCB, Pedro Roig, pero no devolvió las llamadas.
Una indagación en la Oficina de Trasmisiones hacia Cuba (OCB) que las autoridades federales calificaron de rutinaria, ha levantado la suspicacia de empleados de esa entidad, luego de que hace unos días un ejecutivo de dicha agencia fue acusado de aceptar $100,000 en sobornos para que comprara programas de producción externa.
Fuentes explicaron la semana pasada a El Nuevo Herald que los empleados de la OCB, que incluye las operaciones de Radio y TV Martí, recibieron un formulario donde se les pide que informen de cualquier irregularidad en la entidad de la que tengan conocimiento, ya sean casos de corrupción interna, favoritismo o errores de programación.
''Básicamente te están pidiendo que denuncies todo lo que sepas que está mal hecho. Dicen que es una investigación confidencial, no secreta, pero lo que tú digas ahí no se va a saber quién lo denunció'', dijo una de las fuentes, que pidió el anonimato por temor a presuntas represalias.
Esas quejas serían consideradas por inspectores que vendrán de Washington en los próximos días y permanecerán en Miami varias semanas.
Pero el lanzamiento de la indagación, a escasos días de que la fiscalía federal encausara al director de programa José M. Miranda, alias ''Chepe'', por supuestamente recibir sobornos de la productora televisiva Perfect Image, ha levantado suspicacias entre los empleados de OCB. Muchos de ellos, consultados por El Nuevo Herald, ven un nexo directo entre los dos hechos.
''Parece que la gente en Washington quiere limpiar casa'', dijo otro empleado que también pidió que no se mencionara su nombre.
Sin embargo, según el portavoz de la Junta de Gobernadores de Transmisiones (BBG, por sus siglas en inglés), Joe O'Connell, que supervisa las operaciones de la OCB, lo que está pasando en la agencia es una revisión cíclica.
''La gente de la oficina del Inspector General está haciendo algo que realmente es una rutina, se hace cada cinco años. Se trata de una revisión administrativa que sucede en todas las agencias, nada fuera de lo ordinario'', dijo O'Connell.
En su opinión, ``definitivamente no se trata de limpiar casa, ni nada parecido, sino que es una forma útil de saber qué piensa la gente de su lugar de trabajo''.
Las fuentes en la OCB dijeron a El Nuevo Herald que un sector importante de los empleados ha visto con desconfianza que la administración de la entidad esté pidiendo que le entreguen las planillas, en vez de hacerlo directamente a los inspectores de la BBG en Washington.
''La planilla que recibimos tiene una hoja inicial donde se nos explica que lo que informemos es confidencial, y puede ser entregado en mano a los inspectores cuando vengan de Washington la próxima semana. Pero aquí en Miami la administración ha añadido otra hoja, donde incentiva a que esas quejas sean entregadas por adelantado y garantizando su confidencialidad'', reveló una de las fuentes.
En varias ocasiones, la semana pasada y ésta, El Nuevo Herald intentó hablar con el director de la OCB, Pedro Roig, pero no devolvió las llamadas.